En el olvido
hay un lago de aguas oscuras
que esperan la silueta
irreverente.
Llegaste en el amor
con ramo de flores en entrega
y todos en cantata renacimos.
Luego ignoraste el tiempo
como una sobrecarga,
y tus colores
volaron a un recinto sellado
donde la muerte era consigana
para permanecer.
Allí sigues y mis claves
no admiten mi llanto
Ni nadie se apercibe
de mi dolor
que dejo en una joya
junto a tu cuerpo inmóvil.
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