MIXTURA
DE ANDREA
No fue el puñal sino la
mano
me dices con tu mirada de
llama y arcabuz
mientras yo trato de
redimirme
porque la esperanza es de
dos o de nadie.
Me niego a tu última
ventana
quiero seguir descifrando
huellas
ser más labios que zarzal
de viento,
acoger tu fecundidad a
diario
aunque sí te quedes corta
de besos.
Yo supe mucho antes que tú
que en el amor pierde más
el que más quiere.
A ver si nos entendemos
antes de que me abrases
taladrado de olvidos
y me abrumes con tanta
poesía
hasta matarme con la
exactitud de la nada.
Si te digo que Caín y
Abel también se amaron,
que se han estremecido
todos los ríos
de mi cuerpo antiguo ante
tus lunares de hembra,
que has hecho de mí un
suicida tardío
y ya no podré ser el
cadáver más hermoso
como lo fue James Dean en
California
¿me responderás con una
moción de censura?
Al otro le dices que al
tocarle sientes la ausencia
del mundo cuando él no
está.
Si yo te digo
desperté en tu cuerpo y
estaba solo
¿mentimos los dos o
ninguno?
Lo único fiel al silbo
de la vida es saber
que tu cama y la mía son
lugares de paso.
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