Entre el color violeta
de esta tarde,
sólo puedo callar
en el lamento
que no existen
los arcos de mi Plaza
vivida en la inocencia
de tiempos entregados.
Han pasado los ritos de la arena,
y algo duele
,muy cerca del dosel
para borrar los cantos
que pautaron la esencia
donde bañas
la niebla de tu cuerpo.
Lloro por ti,ciudad,
cercano a ese misterio
donde tu  río me entrega
a los  hijos que mueren
en un surco lejano
mientras viven tu nombre.
Es difícil acunar en mis labios
la oración necesaria.
Es difícil comprender
en la sombra
el aula de tus claustros
y aceptar en silencio
un mensaje olvidado.