Las
historias nunca mueren, si acaso ofrecen pausas, para volver en el crepúsculo del momento y crear un pilar nuevo.
Las
historias, suele contener palabras, restos de naufragios, suspiros
ante el clavecín, arbotantes
y
claustros, y siempre una oración donde la voz de los ancestros
vierte su densidad.
Dicen,
que las historias ocultan un engaño
pero
prefiero vivirlas sin temor, como lo sublime que se ha acercado, y
deja un sostenido en la nota dominante de la sinfonía.
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