Tu foto en blanco y negro
Eras frutal con tu vestido a topos
y todos los naranjos vertidos por tu pecho.
Con los patios abiertos y los brazos al aire,
lejos de la pregunta sin respuesta
que se ha enredado ahora entre tu pelo.
Eras jugosa encima de los puentes
con tu sonrisa limpia,
a salvo, todavía, de esta desolación
que te ha empapado el cuerpo.
Entonces no había márgenes oscuros
donde acotar el pez de una biopsia.
Ni bosques de jeringas.
Ni perros ateridos debajo de la lluvia.
Tus frutos eran sábanas lavadas
con planes de ternuras y domingos.
Eras frutal en la ciudad sin trenes,
en la ausencia del pozo y la moneda,
en la certeza
de amanecer radiante
sin penas azuladas en tus sienes.
Del poemario La fragilidad del barro (2
No hay comentarios:
Publicar un comentario