Recuerdos y Olvidos de Aníbal Núñez
PACO NOVELTY Reúne estos días el Museo de la Ciudad, en el palacio de Los Abarca, lugar muy digno de ver que la mayoría de los salmantinos desconoce, reúne digo, una interesante exposición del pintor y poeta salmantino Aníbal Núñez 1944-1987 de cuya prematura muerte se cumplen ahora 25 años. Fue Aníbal un personaje original y desconcertante, que dejó su impronta y su singularidad en las aulas, calles y cafés de Salamanca a lo largo de toda su vida de la que luego hablaremos. Digamos primero que su obra por excelencia es la poesía y si el género no estuviera tan abolido de nuestras lecturas y su importancia no fuera tan ínfima en la turbia maraña de la actualidad, Aníbal sería un escritor de gran reconocimiento y prestigio, por la extrema calidad de su obra literaria, magníficamente recopilada y editada por F. Rodríguez De la Flor –saludos maestro– en dos primorosos volúmenes de la colección Hiperión en 1995, cuya lectura debería ser obligatoria. Aníbal, que fue un tipo profundamente ilustrado y en el fondo un tímido, cultivaba en sus tratos un irregular desdén, escéptico y marginal, bajo cuyo complejo prisma percibía la realidad fragmentada y tamizada por un filtro parecido al famoso Cristal de Lorena, que dio título a uno de sus mejores libros.
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