| Lección de poesía con Raúl Vacas |  |  |
A las doce y diez de la mañana se abre la puerta y entra un hombre cargado con maletas y lleno de poesía. Es el escritor Raúl Vacas. Con ademán simpático saluda a los chicos de tercero de ESO, mientras comienza a abrir una maleta vieja y forrada de adhesivos de hoteles de todo el mundo. Empieza a hablarnos de poesía con voz clara: "Poesía es eso, y eso, y eso". Nos explica sus palabras: la poesía consiste en hablar de las cosas como las vemos cada uno y en cada momento, buscar nuestra propia voz.
Como habla con alumnos de secundaria, nos cuenta cómo descubrió él la poesía a nuestra edad: "Yo escribía poemas cuando estaba en el instituto, pero en ocasiones me daba vergüenza decirlo. Algún profesor se interesó por mí, me informé sobre un concurso y gané un segundo premio. A partir de ese momento, la poesía cambió mi vida".
Antes de que nos dé tiempo a asimilar sus palabras, nos lee un poema llamado Romance de la E.S.O, que habla de una chica que es interrogada por su padre antes de salir de fiesta. El padre, decepcionado, descubre que su hija desconoce absolutamente la materia escolar. Esto recuerda a Vacas que alguna que otra vez él también debió haber aprovechado las oportunidades que se le ofrecían, y nos invita así a no malgastar nosotros las nuestras. Mientras alguno se va convenciendo, Raúl nos dice que la finalidad de leer poesía no es entenderla, es simplemente leerla y disfrutarla. Cada vez que la leemos es distinta, nos aporta una cosa.
Y es que la poesía puede servir como terapia. Dentro de su raída maleta, Raúl Vacas trae un montón de cosas relacionadas con su obra, y algunas son de lo más extrañas: "Cápsulas Nolosé, para curar la incertidumbre"; también un suero fisiológico de lágrima artificial, cuyo prospecto reza "No me dejes ahora, quédate conmigo"; incluso llega a convertir un hábito que nunca ha sido saludable en una costumbre que nos cambiaría la vida: una cajetilla de Poemas Rubios (en lugar de cigarrillos, lleva poemas enrollados en su interior). En la ya conocida maleta, hay lugar para una antigua Polaroid, que en lugar de fotos toma imágenes poéticas. Vacas opina que hacemos muchas fotos, pero poca poesía: "Cuando vemos algo que nos gusta, no perdemos un momento en tomar una instantánea, pero nunca escribimos un soneto a una puesta de sol". Él lleva esta cámara encima para así poder plasmar cada instante poético en haikus, breves poemas de origen japonés.
Pero, sin duda, lo más llamativo de la maleta es un megáfono. Simboliza que hoy día la comunicación ha degenerado tanto que ya no nos preocupamos de hablar con las personas, sino que al llamar a un teléfono es casi más sencillo que nos conteste una máquina programada para ello. Nos lee un poema a través del megáfono y así apreciamos que con una voz metálica no es lo mismo.
Para ir finalizando la sesión, nos dedica unas palabras que no habríamos llegado a pensar: "Tenemos la llave de los libros, libros que a veces están en la estantería y no son leídos por nadie. No nos hará daño probar a leerlos, puede que incluso nos guste. Lo bueno de ello es que un mismo poema sugiere un sentimiento distinto a cada persona y en cada momento".
Gloria Ochoa, 3ºA ESO
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