Promete
el día tacto de espinas
En esta
ciudad
de sueños
rotos,
ignoran las
estrellas
que el abrigo
del hogar,
engaña al
miedo
y me siento a
salvo,
en los brazos
refugio de los míos.
Anhelan mis
manos
que nadie
apague nuestra sonrisa
y tejen
cuentos de esperanza.
Es la noche,
cómplice y
testigo
de la
profanación de lo sagrado
y yacen los
cuerpos,
sobre el
polvoriento lecho del desierto,
solitarios,
sin nombre.
Solo tu alma
mujer
permanece
intacta, pura, inalcanzable,
para las
sucias manos
de los
cobardes,
pues eres
templo
donde no
caben, los mercaderes.
Elena Díaz Santana.
4º
Encuentro de poetas por Ciudad Juárez,2014
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