Esperáis que solucione vuestros deseos,
y como mucho puedo pasear mi mano
sobre el llanto del clavecín...
Somos tan pequeña cosa
que ni la conciencia del agua nos acompaña
a pesar de que somos agua
e ignoramos conocer que así somos.
Me sorprende que intentéis copar Marte y conocer el Sol
sin antes admirar la memoria interna
en su plenitud de existencia.
¡Ah el orgullo!
Cansado de vuestra ceguera
me detengo en la fuente de ascenso
y rezo
lloro
clamo
para intentar en este sostenido de cadencia.
comprobar si hemos subido este escalón.
Aburre ver como seguimos
como engañamos los tiempos de lascivia
y despreciamos los labios
para poder pronunciar por si volvemos
como pedía Cernuda.
He de rogarte emulando al poeta
reservar mi silueta por si vuelvo
y en el mientras
no rompas mi retrato.
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