PREGUNTA
En la pereza de la
luna llena
tu nariz, boca y
semblante
desaparecen, mi
amor.
¿No ves que el
tiempo no es,
que sólo espacio
cobija,
que las escamas se
alteran
en la flor de
nuestra piel,
que la palabra se
pierde
en la pura
transgresión
de la palabra a
palabra,
que el verbo no se
hizo carne,
que los labios ni se
rozan
que no hay maldita
ceniza
de una maldita
costumbre,
que los pies sueltan
amarras
por más que los
mortifiquen,
que las huellas
siempre hollan
en un trazo siempre
igual,
que todo se visa y
divisa
en mera
especulación,
que todo se pierde y
pierde,
que la herida ya ni
cierra,
que la semilla ha
quedado
en una mera premisa?
¿No lo ves?
(Agustín B.
Sequeros, julio 2015)
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