Paseo de Las ÚRSULAS

Paseo de Las ÚRSULAS
PASEO DE LAS ÚRSULAS(Salamanca).-Por José Luis Pérez Pablos

sábado, 2 de mayo de 2015

SEMÁFORO EN VERDE PARA UNA MUCHACHA.-Por Valentín Martín

SEMÁFORO EN VERDE PARA UNA MUCHACHA

No empecemos por mirarnos las espaldas
aunque la tentación tenga una Nínive ninfómana
y el peligro de la resaca de la vida más vivida.

La salida del laberinto a los inmóviles barbechos
está en la puerta de la memoria de un arcano
que agoniza como un pez fuera del mar
con un sarcófago de derrota sin lava ni colinas.

Asido a la tierra como una identidad de mí mismo
arrasaré tu sequedad física como el viento arrastra el polen
antes de que me crucifiquen del todo
sin dos ladrones al lado y gente decente que me observa.

Sólo vale el amor cuando abrasa
y nadie puede suicidarse dos veces
aunque le pongas añoranza a la última víbora
y los milanos y las alondras nunca concuerden.

El agnosticismo tiene justo la edad de tu ausencia
mirado desde este círculo donde el dolor del olvido.

Para evitar que tu corazón se deshabite del todo
sumando cicatrices y multiplicando orfandades sin navajas
no urbanices jamás tu tristeza
ni participes en una exposición de cadáveres.

Deja que te escarbe con la lengua
que te abrase siamesa la furia
haz de ti un ciempiés para las ingles de mis versos
chupa mis ganas con el hambre de una niña africana
y antes de que mi savia y tu médula se corran
irremediablemente se escurrirá el poema
como un pañuelo hecho de pestañas cautivas.

Este tiene el clamor de las sábanas desiertas
y aunque Dios creó los alacranes
se parece mucho al corazón de todas las ansias.

¿Sabes que un mutilado cuando le cortan un brazo
sigue teniendo los dedos con hambre reumática?
Eso es la perspectiva perfecta de lo puro
demasiada ebriedad para un asesino que no ejerce.

También las mártires finalizan
justo cuando se abren las cadenas de las manos
para que puedan agarrar tornados o ternura:
elige tu camino y que sea un arranque de ira
más allá de la fragancia de la mansedumbre.

Porque duele menos una pedrada
que la sumisión adúltera de las mujeres infinitas.

Y después haz con él la ruta del vermut
encendiendo candelas para utopías veinteañeras.
















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