al parecer es tan obvio lo canalla
de estas sombras amarillas (biombo de estelas, facha caediza, esternón espeluznante
de heridas sobrias). Las uñas en el dedo mugriento de varias cabezas, el halo suspendido
en el bolsón cifrado de los márgenes. Un rostro, su rostro, de chasquido en
chasquido, despertando y volviendo al son de manivelas:
algoritmos bursátiles defecan la
suerte en la alta investidura del ser pordiosero. Yo siempre elijo al más débil
y seguro perdedor buscando un milagro. Apuesto a mí mientras voy de estación en
estación amando a los cuervos (al tercer día dejé las vendas en el suelo y salí
a caminar tocando las cosas, indagando con la hondura de un cáliz sobre sauces y pagodas en el follaje del mármol).
Jamás existirá algo más tonto que yo
(eso de volver de la muerte obedece a espesas ambiciones
ininteligibles; al sádico instrumento de las entrañas, al hígado de empuñaduras
en el que estallan los barriles de pólvora y toda ella aparece desnuda como fantasma
prestidigitador de blancas navajas asesinas).
al parecer es tan obvio el instrumento, que he fundado
catedral para celebrar al cadáver en mi tórax.
Jimmy Valdez Osaku
Ridgewood, NY
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