Paseo de Las ÚRSULAS

Paseo de Las ÚRSULAS
PASEO DE LAS ÚRSULAS(Salamanca).-Por José Luis Pérez Pablos

sábado, 7 de marzo de 2015

APENAS LA PUNTA DE UN ICEBERG.-Por Jimmy Valdez

Acabo de pensarlo, quizás no es lo correcto, lo que realmente conviene, pero siento la angustiosa necesidad de un desnudo… Mi cabeza no anda bien, da vueltas en torno a las aledañas paredes en el fondo conocido del itinerario (ese oficio en el cual me gano la vida, el espacio ocupado en esta geografía de instintos y quiebras, erario de las ilusiones; fiasco de las propuestas, absurdidades a vela, tifón descarnado).

Estoy en casa, ayer también lo estuve, no sé si recuperándome o sintiéndome peor. Escribo por primera vez en varias semanas (he estado reciclando, regurgitando, resumiendo andrajos y sarnas en pos de no quedar oxidado, roto, ininteligible). Miro mis lienzos, todos ellos pendientes de bautismo; pálidas criaturas de abismos, obligadas a permanecer en la oscuridad de sus raíces.

El 19th de febrero sufrí un pequeño accidente; mi cuerpo rebotó del suelo y todo en mí ha sido diferente (mi capacidad de concentración desapareció,  sufro de ligeros y agudos dolores de cabeza, ando más ansioso, solo pensando en escaparme a cualquier sitio, a solo un sitio, monte a dentro, con arado y cierta influencia para construcción de ciertas cosas que sé muy bien son posibles, provechosas, lindas para mí país; ese que tuve, que me han robado, el cual ya no me pertenece, en el que no encajo dadas las mil razones de la corrupción y los abandonos bochornosamente ciertos de los hombres en el poder).

No poseo ninguna riqueza material, nada poseo más que mis brazos y corazón (pronto cumpliré 40 años de edad y apenas puedo brindar las ganas inmensas de ser útil, de ser puente, de servir de algo para el bienestar común de los míos y los pueblos hermanos). Me digo tantas veces, preguntándome con angustia y hasta sorna barata, si es que soy más tonto que los tontos, más idiota, un ser intolerante que no ha sabido aprovechar las supuestas virtudes que otros dicen que poseo: -¡Tú estás mal porque quieres!- -¡Yo hubiese sido tú y en estos momentos fuese rico!-  y por más que le doy vueltas al asunto, sigo sin comprender cómo diablos me hubiese convertido en rico, en tutumpote?

Yo no estoy quejándome de mi suerte, no quiero repuestas a estas palabras lanzadas al mar en la barriga de una botella. Yo solo pretendo colgar este retrato, este bollo de hilachas en la trampa de los demonios, los míos. Me duele no poder hacer nada más con las ideas que tengo, con las oportunidades que percibo a diario para tantas gentes con talento.  Siento que estoy dejando lo mejor de mí sin provecho alguno, sin respuesta alguna de evolución, de crecimiento.

Todo lo anterior quizás sea solo el escape, la ilusoria explicación del acontezco.  Yo jamás me he llevado a los bolsillos un peso ajeno, jamás lo he pedido, no lo deseo. Solo pienso en las grandes cosas que con tan poco se pudiesen hacer, puedo yo hacer de tener la oportunidad, el apoyo.

Pero en fin, esto es apenas la punta del iceberg, puros fragmentos de una cotidianidad más atroz, lerda, huésped  obligado al mismo bocado, a lo helado del aire, sus etcéteras… 

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Jimmy Valdez Osaku
Ridgewood, NY

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