La poesía llega a la Tierra desde la Galaxia,
atravesando la crueldad del Cosmos,
y las amenazas de luz.
Sueña en su recorrido,
con marcar presencia, sobre el rincón
donde, adelantada al tiempo, cantas tu aleluya.
Aún no eres....pero ya eres...y siempre serás.
No has de temer que tus átomos
se unan a coros apócrifos para servir a incubos.
El mal no existe.
Tampoco el bien.
El todo guarda el todo sin necesidad de la palabra...
Es un continuo giro.
Es la inmensidad coloreando tu cuerpo
que se va conformando en esa bola
que no sabe,
no espera,
no respeta
,no mantiene
,no alaba a los insignes,
no pronuncia la música de Mozart.
Tampoco sabe de la relatividad de nuestros versos
que han de volver a origen
cuando el Gran Encuentro manifieste el deseo.
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