TERESA
Antes de ti la nada.
Tú desatas los nudos del
silencio,
subes el tiempo al altar
de los relojes,
adoras gentilmente a los
vencidos
y conviertes los puños en
caricias.
Hoy camino por tu rumbo
sin sombra
de sospecha, voy de la T a
la A
con la devoción de los
discretos
como una golondrina herida
que busca
su refugio y me proclamo
prófugo de un pasado
ingrávido.
Suave es la S donde se
arrodillan
las noches de los suicidas
aparentes
mientras la E levanta
banderas
y la R escribe tormentas
de amor.
A la sombra de tu nombre
me reinvento,
reclamo afinidades con el
hombre
y ya nunca estaré solo
como un árbol
mientras no decline tu
talle
o siembres de preguntas
las mañanas.
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