Ineludible es el bosque de sombras que aletean;
sombras colosales de herido pudridero. Ineludible la hoz con sus estelas de carne,
magras carnes tras los biombos izados por el viento.
Ineludible el vacío, el calado espectáculo de
las cosas sin nombre (turbio amarradero de parpado ambarino, cruce de ausencias,
traba de ecos). Ineludible es el pensar de lo urgente, ese artefacto en paréntesis
donde cabe el mundo como disociador espeluznante:
ineludible el camino, lo
usual y pasajero de la imagen andante, donde somos y nos descubrimos cual retrato
absorto en la eterna carcacha de los sueños.
Jimmy Valdez
Ridgewood, NY
Increíble: maravilloso.
ResponderEliminarMe alegro que así lo veas Lu. Pienso igual que tú.
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