Paseo de Las ÚRSULAS

Paseo de Las ÚRSULAS
PASEO DE LAS ÚRSULAS(Salamanca).-Por José Luis Pérez Pablos

martes, 30 de septiembre de 2014

ROMANCE A MI PADRE,-Por Mª del Carmen Prada Alonso

ROMANCE A MI PADRE
(1.985)
Firme la mirada azul,
alta la noble cabeza,
prieta la boca en el rezo
de adiós a su amada tierra,
besole el viento la cara
por dejarle olor a siega
y el río quedose quieto
para contemplar su pena.
Ya murieron padre y madre,
ya nada en el pueblo queda,
que lo poco que tenía
lo amontonó en la maleta
por ir a buscar futuro,
por hacer mañanas nuevas
que le quitaran el hambre,
el dolor y la miseria.
Empezó su nueva vida
en las faldas de la Iglesia
con clérigo de alta alcurnia,
entre flamear de velas,
entre rezos y oraciones
con la episcopal nobleza,
ayudante de un santón
por ganar sueldos y cenas.
Le llegó el tiempo de hacer
familia cristiana y buena
y a una moza que quería
le propuso la tarea
de que le pariera hijos
y fuera su compañera,
en lo bueno y en lo malo,
en escasez y riqueza.
A poco llamó la Patria
con fusiles a su puerta
y se lo llevó a luchar,
no en una, sino en dos guerras,
la una fue por su Dios,
la otra por su Dios fuera,
que siempre puso la fe
como razón de su entrega.
Sacó del pueblo humildad,
fanatismo de la Iglesia,
ternura del matrimonio,
acritud de las contiendas,
y con estas cuatro cosas
enarboló la bandera
de formar bien a los hijos
que de su sangre nacieran.
Se fue secando su piel
de tanto salir de ella
sudores de mil esfuerzos,
fatigas de mil faenas,
volviósele el pelo blanco,
y por cada cana nueva
miraba al cielo feliz
y daba gracias por ella.
Y conserva aun en su cara
aquel olor de la siega
que el viento le regaló
cuando abandonó la era.
Aun le huelen las manos
a cirios y a blancas velas,
a metralla y a fusiles,
a pañales y a carpetas.
Y no cae en tentación
de cambiarse de chaqueta
porque la pegó a su cuerpo
el día que la eligiera,
y cumple con la lealtad
que le exige su conciencia
sin tener un titubeo
en su tozuda firmeza.

Haya sido bueno o no
que lo juzgue nadie deja,
que dice que en su final
ya Dios le dará sentencia,
y que tendrá a mucho orgullo
presentarle la cosecha
de lo que en vida sembró,
aunque tenga malas hierbas.
Y yo, que por él nací,
que por él vine a la tierra,
miro su frente marcada
por alegrías y penas,
y me pregunto cual es
la arruga que yo le hiciera,
que la quisiera borrar
porque no muera con ella.

Mª del Carmen Prada Alonso



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