He nacido en lo usual del día, minuto exacto de
lo etéreo (sombra cósmica, errante, con ahínco). Un espectáculo de azares me
nombra; y doy la sonrisa.
He nacido para presencial el vuelco de las señales,
el acto encanecido de lo adrede, el
doquier colectivo del sobresalto.
Tomo de raíz la estética partitura de la
amnesia, el polen enlazado del martirio, lo sinuoso e indiferente de las cosas.
Apenas alcanzo la ebriedad ovillada a las puertas del gran teatro, apenas poseo boleto; apenas soy:
el tonto delator de sí mismo.
Jimmy Valdez
Ridgewood, NY
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