Hoy,
 mi música en pleno corporal
 rinde
junto  al desayuno
al pájaro diurno que acompaña
los verdes de Central Park.
Hasta aquí ha llegado mi sombra 
sin haber comprendido
el mensaje del subway
que hace una propuesta
 hacia el infierno.
Este argumento,
inquieta mi pentagrama 
y me entrego 
a Rhapsody in Blue
de George Gershwin
y sobre la cadencia de su segundo movimiento
 puedo sentir  su empatía
que me acompaña como una luz 
en los pliegues de un espacio 
sobre los principios del tiempo.
En esta entrega, 
y  sobre la leyenda,
 comprendo que un violín
puede ser un eterno
huyendo de los dioses. 
y  Gershwin un  entregado a nuestra melodía
 que se magnifica junto a las partículas del sentir
que transportan nuestro nombre
hacia ese allegro de su Rapsodia en azul.
Nuestro azul que no pudo ser tiempo,
sólo melodía...
 

 
 
Nuestro azul que no pudo ser tiempo,
ResponderEliminarsólo melodía... Hermoso!
Gracias Jimmy por tu valoración.Un abrazo
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