SEXTINA DEL RAYO
Cuando vueles herido con tu velo
sobre rutas que cierran su dolor
y el horizonte nunca entregue luces
y tu árbol se doble sobre el rayo,
siempre recobrarás entre las hojas
una esencia que lleve junto al alma.
En el rito hallarás volar el alma,
vibrar de corazón entre su velo,
convertida en el bosque de sus hojas,
admirada de templo en el dolor,
sin temores ni insidias de su rayo,
rayo que sin querer entrega luces
al comprender que el fuego vive en luces,
y si ampara razones quiebra el alma,
sin temer ni doler acoge al rayo
para formar los dos un sólo velo
que recubre de tierra su dolor
bendecida en murmullo de las hojas.
Tenemos que vestir olor de hojas,
para que siempre vibren nuestras luces
y el triángulo entregue en su dolor,
proclamando cadencias en el alma
que cubran ceremonia con su velo
y se cierre la insidia de su rayo.
Aunque no siempre el rayo vive en rayo,
hemos de permitirle amar las hojas
y que su llanto acuda con el velo
para sentir amor en flor de luces
y pronuncie la mano de su alma
alejando leyendas de dolor.
Apartemos heridas y dolor,
alabemos las nubes con su rayo,
vivamos en la tierra como alma,
besemos el misterio de las hojas
y acaso comprendamos nuestras luces
que siempre se mantienen con su velo.
No hay velo que no rompa su dolor,
si el rayo se convierte entre sus hojas
en las luces que viven de su alma.
Del libro "Palabra en New Haven".Ed.Atenas.Barcelona.2008
¡¡¡Maestro!!!
ResponderEliminar¡Obra maestra!
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