Mi tatarabuela Isabel, natural de Moronta,a tres kilometros de Vitigudino.Viste su traje de tiempos. Junta sus manos ante el sayo de bendiciones y mira hacia el infinito que aún domina.
La conocí a través de los recuerdos que soñaba mi madre, las noches de misterio, en Salamanca, cuando era posible oir el grito del hombre en su bondad:
--¡Las doce en punto y sereno...!
y seguir en los rezos y en el escalón ,uno a uno , hacia un cielo que nos iluminaba y prometía su espera y sus abrazos.
Eran tiempos de ensueño, marcado en mi aura, que siempre implora la bendición y el respeto al resplandor cercano.
Precioso,una descripción llena de amor y bellos recuerdos "soñados por mi madre",no hay forma mas dulce de decirlo,llega al corazón y rebota en el alma.Gracias,mil gracias.
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