Momento de añoranza.
La niebla se esconde en los colores
mientras el coro
se entrega al simbolismo de la bóveda.
Hoy nuestro cuerpo se ha plegado
para no ser cómplice de su destino
y acude a la oración de vísperas
olvidando su sendero de sombras.
Todo es misterio
y no es posible confluir
ni siquiera saber de la obertura
o si el agua mantiene permanencia.
Tendría que pedir perdón
por expresarme alejado del sendero,
pero mis sandalias desfallecen
y prefieren descanso junto al trigo
que también participa con sus ondas.
Queda mi silencio
arrullando mis lágrimas
que añoran otros tiempos de destino
y otra inocencia proclamada.
mientras el coro
se entrega al simbolismo de la bóveda.
Hoy nuestro cuerpo se ha plegado
para no ser cómplice de su destino
y acude a la oración de vísperas
olvidando su sendero de sombras.
Todo es misterio
y no es posible confluir
ni siquiera saber de la obertura
o si el agua mantiene permanencia.
Tendría que pedir perdón
por expresarme alejado del sendero,
pero mis sandalias desfallecen
y prefieren descanso junto al trigo
que también participa con sus ondas.
Queda mi silencio
arrullando mis lágrimas
que añoran otros tiempos de destino
y otra inocencia proclamada.
La aventura de la indiferencia.
Sobre la sombra de tus labios
se mantiene la espera
anunciando los surcos del otoño.
Caen las hojas
sobre las notas de un mendigo
que ríe su ausencia
y clama a un nuevo Dios.
El ecuador de la tarde
vive sobre un incierto rayo
que ha sabido permanecer
sin temores.
Tendríamos que hablar de alegría
y cerrar en nuestras voces
aleluya de entrega,
pero nada sabemos
y seguimos murmurando acaso una oración
o blasfemia de noches
junto al muladar de nuestros cuerpos
que se aliñan con la mentira
de un somos
un todavía
un podremos
y así hasta un infinito limitado
que se pliega sobre la bóveda de ilusiones
para continuar su aventura de indiferencia.
Acaso la serpiente pueda iniciar el camino de la sabiduría.
Tan cercana a nuestras faltas y a nuestro deseo
hemos de organizarla
junto a su barro
para que la leyenda se complete
y todo el orden de fluctuaciones
y vuelos invisibles
se conviertan en realidad
y pronuncien
la claridad de la obertura
o alarguen el cuarto movimiento
hasta ser melodía infinita
que al fin busque el requiebro de esas luces
donde nuestros hijos reposan sus manos
y ofrecen sonrisas
al saber que la luz
es un juguete cósmico
que mantiene la ilusión de permanencia
y se obliga a la continuidad
de nuestro entorno
donde la muerte solo es
un malentendido de los dioses.
Tan cercana a nuestras faltas y a nuestro deseo
hemos de organizarla
junto a su barro
para que la leyenda se complete
y todo el orden de fluctuaciones
y vuelos invisibles
se conviertan en realidad
y pronuncien
la claridad de la obertura
o alarguen el cuarto movimiento
hasta ser melodía infinita
que al fin busque el requiebro de esas luces
donde nuestros hijos reposan sus manos
y ofrecen sonrisas
al saber que la luz
es un juguete cósmico
que mantiene la ilusión de permanencia
y se obliga a la continuidad
de nuestro entorno
donde la muerte solo es
un malentendido de los dioses.
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