Anorexia
(I) El espejo
La
oscuridad azulada de mi patio
no
tiene más que hueso
para
asirse.
A
veces,
en el
centro,
desnuda,
miro al
cielo.
Una
lágrima negra
escurre
sorprendida
rostro
abajo,
sobre
la dura y afilada duna
en que
se ha convertido
mi
mejilla:
hueso
feliz que asoma
bajo el
párpado.
Y
quisiera salir
a ese
infinito negro,
romper
el cerco óseo
que me
tumba,
volarme
en soledad,
comerme
el miedo.
Del
poemario Encaje
de minúsculas polillas
(1998)
Igual que el viento que baja desde la colina nevada, terriblemente frío, es el poso de dolor que deja el poema, Debió ser un momento difícil y aun así ya entonces (1998) eras una gran poeta. Me ha recordado momentos posteriores a la muerte de mi madre. Gracias amiga siempre sabes llegar donde los demás simplemente somos ciegos. Un beso enorme AMIGA.
ResponderEliminarAl Señor Ignacio Bellido. Estimado doctor, me gustaría saber si escribe poesía japonesa.
ResponderEliminarSi es así dónde aprendió. Disculpe las molestias.
¡Muchas gracias! Saludos cordiales.